Danza de las Tijeras, homenaje a nuestros músicos y danzantes
Danza de las Tijeras. El Estado peruano, por intermedio del Ministerio de Cultura, reconoció a 22 músicos y danzantes de tijeras de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, con la distinción de Personalidad Meritoria de la Cultura, en el marco del Día Nacional de la “Danza de Tijeras”-
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Danza de las Tijeras: los reconocidos
Los músicos y danzantes de tijeras, reconocidos por el Ministerio de Cultura, recibieron su diploma y una medalla por representar a los diferentes estilos regionales de esta manifestación cultural nacional.
Ellos son: Nicolás Contreras Ccolcca, Félix Alfredo Ccencho Cayhualla, Walter Zomy Velille Huillca, Julián Saire Tomairo, Paulino Quispe Flores, Mario Huamaní Inca, Mario Arnaldo Salcedo Quispe, Angel Rubiño Cataño Huaman, Ciriaco Canales López, Irene De la Cruz Lapa, Alvino De la Cruz Lapa, Marina De la Cruz Lapa, Isabel de la Cruz Lapa, Sebastián Paitán Ccanto, Erasmo Cataño Sullca y Alejandro Paitán Ccanto.
No estuvo en la cita Adrián Berrocal Arango, quien forma parte del grupo de homenajeados. No hubo información oficial sobre las razones de la ausencia.
“Este es un testimonio de nuestra diversidad cultural que nos hermana y nos vincula profundamente, más allá de los límites regionales o de fronteras nacionales y también nos hace sentir orgullosos de esta hermosa expresión cultural”, expresó la ministra de Cultura, Leslie Urteaga.
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A decir de la ministra Urteaga, la danza e las tijeras se enmarca en uno de los pilares de su gestión, que es “el fortalecimiento de nuestra identidad cultural, con una danza que nos identifica en el mundo y nos hacen sentir orgulloso de nuestra diversidad y cultura”.
Danza de las Tijeras, descripción
La danza de las tijeras es Patrimonio Cultural de la Nación desde 2005 y está inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, desde 2010.
La “Danza de Tijeras” es una danza originaria de la zona sur de los Andes centrales del Perú, dentro del espacio lingüístico cultural denominado Chanka, que comprende las regiones Apurímac, Ayacucho y Huancavelica.
Esta danza ritual, que reviste la forma de una competición, se baila durante la estación seca del año y su ejecución coincide con fases importantes del calendario agrícola.
La danza de las tijeras debe su nombre a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de las tijeras, que los bailarines blanden en su diestra.
La danza se ejecuta en cuadrillas y cada una de ellas –formada por un bailarín, un arpista y un violinista– representa a una comunidad o un pueblo determinado.
Para interpretar la danza, se ponen frente a frente dos cuadrillas por lo menos y los bailarines, al ritmo de las melodías interpretadas por los músicos que les acompañan, tienen que entrechocar las hojas de metal y librar un duelo coreográfico de pasos de danza, acrobacias y movimientos cada vez más difíciles.
Ese duelo entre los bailarines, llamado atipanakuy en quechua, puede durar hasta diez horas, y los criterios para determinar quién es el vencedor son: la capacidad física de los ejecutantes, la calidad de los instrumentos y la competencia de los músicos que acompañan la danza.
Los bailarines, que llevan atuendos bordados con franjas doradas, lentejuelas y espejitos, tienen prohibido penetrar en el recinto de las iglesias con esta indumentaria porque sus capacidades, según la tradición, son fruto de un pacto con el diablo.
Esto no ha impedido que la danza de las tijeras se haya convertido en un componente apreciado de las festividades católicas. Los conocimientos físicos y espirituales implícitos en la danza se transmiten oralmente de maestros a alumnos, y cada cuadrilla de bailarines y músicos constituye un motivo de orgullo para los pueblos de los que es originaria.