El gobierno de los Estados Unidos anunció este jueves haber eliminado a Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza de la Guardia Revolucionaria iraní, como parte de la “medidas defensivas decisivas para proteger al personal de EE.UU. en el extranjero”.
Un comunicado del Departamento de Defensa indicó que “El general Soleimani estaba desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región”.
La eliminación de Soleimani ocurrió dos días después de que un grupo de seguidores de la milicia chií en Irak echaron abajo, el martes 31 de diciembre, una puerta de entrada de la embajada de Estados Unidos en Bagdad y entraron por la fuerza.
La comunicación del Pentágono explicó que la medida fue ejecutada “por orden del presidente” de EE.UU., Donald Trump.
El militar iraní murió en un bombardeo el viernes (hora local) cerca del aeropuerto de Bagdad cuando iba en un convoy de dos autos. Es en esa circunstancia que recibió el impacto de al menos tres misiles que provocó además la muerte de cinco miembros de grupos paramilitares iraquíes y dos de sus «invitados», señaló una fuente iraquí.
El canciller iraní, Javad Zarif, respondió a la noticia acusando a EE.UU. de haber cometido una acción temeraria: «El acto de terrorismo internacional de Estados Unidos, atacando y asesinando al general Soleimani, la fuerza más efectiva que lucha contra Daesh (ISIS), Al Nusrah, Al Qaeda y otros, es extremadamente peligroso y una escalada tonta».
Zarif acusó a Estados Unidos de “ser responsable de todas las consecuencias de su deshonesto aventurerismo».