¿Qué ocurrió el 7 de diciembre? ¿Se trató, por parte de Pedro Castillo, de un intento de subvertir la institucionalidad peruana? Si no fue así, ¿qué pretendió hacer como presidente de Perú ese día?. Después del mensaje intentó fugarse del país?. ¿Qué opina de quienes consideren que lo suyo fue un “autogolpe”’?
Hoy, sesenta después del intento de quebrar el orden constitucional, razón por la que perdió la presidencia de la Reopública, Pedro Castillo Terrones, habló por primera vez de este capítulo en la historia reciente peruana, desde su celda en el Establecimiento Penal Barbadillo.
Sus palabras aparecen publicadas este martes en el medio digital español El Salto, en el marco, según revelación de la propia publicación, de una entrevista, realizada de forma oral y manuscrita entre los últimos días del mes de enero y la primera semana de febrero.
Las declaraciones
¿Teme por su vida en este momento?
Sí, temo por mi vida en este momento. En Perú no hay ningún tipo de seguridad ni jurídica, política ni civil. Debo decir que no temo por mi vida desde ahora, temo por mi vida desde la segunda vuelta de la campaña para ser presidente.
Hubo persecución política desde que estaba en campaña, la derecha se ensañó conmigo y mi familia, sobre todo con mis hijos menores y mi esposa. Nos difamaron, nos terruquearon [acusación de terrorismo a militantes de izquierdas], no nos dejaban desarrollarnos de manera personal ni tampoco en mi Gobierno. El acoso fue constante, diario y perturbador. Estas acciones incitaban al odio y racismo.
He recibido amenazas de muerte de números desconocidos. Mis hijos y esposa también. Por eso es que procuré, en todo momento, que mis hijos tengan seguridad, ya que son lo más preciado que tengo. Seguridad para mi hija pequeña, para mi hijo joven, para mi hija mayor y para mi esposa.
Hubo varias veces en las que he sufrido maltratos de personas de derecha que me increpaban ser un “terrorista”. Me han querido herir, yo diría que hasta asesinar. Por ejemplo, en Tacna sufrí una situación en la que varias personas de extrema derecha me golpearon con pernos y fierros [piezas de metal], fui herido pero no denuncié. Ese es uno de los recuerdos más vivos que tengo de la campaña de la segunda vuelta.
También he recibido amenazas públicamente, por ejemplo, de Rafael López Aliaga [empresario de extrema derecha y alcalde de Lima], quien pedía que me mataran abiertamente. Él decía en su mitin: “Muerte a Castillo”.
¿Se ha podido comunicar con su esposa y sus hijos? ¿Sabe cómo están ellos?
No, no me he podido comunicar con mi familia. Sé poco de cómo están y espero que se encuentren bien. No tengo acceso a comunicación, tampoco a derecho de videollamada con ellos. Se encuentran refugiados en México. Quisiera hablar con ellos.
La represión continúa en Lima
Sí, temo por la vida de ellos porque cuando estaban en Perú también sufrieron episodios de racismo. Por ejemplo, en el caso de mis hijos, ellos nunca se acostumbraron a vivir en Palacio de Gobierno porque era mudarse a una Lima de la que no eran parte y no se sentían parte.
En el caso de mi hijo, le han negado el acceso a los colegios porque se enteraron de que era mi hijo. Eran colegios que elegí por seguridad. No me permitieron hacerlo. Mi hijo cumple 18 años el día miércoles 8 de febrero y me duele no estar con él en estos momentos.
En el caso de mi hija menor, sufrió acoso después de la fiesta de cumpleaños que le organizamos su mamá y yo. Como a toda niña a esa edad, le hicimos una fiesta para que se sintiera feliz. Esa fiesta salió en medios de comunicación y fue acosada después en su colegio y también al salir del colegio. Cuando iba a pasear, aún con la seguridad, le gritaban: “Eres hija del burro”, y ella lloraba y se sentía mal. Atacaron a mis hijos menores para atacarme a mí.
En el caso de Yenifer, a quien considero mi hija, es la mayor y es muy valiente [Yenifer Paredes, cuñada de Castillo, está acusada de presuntos delitos de lavado de activos y organización criminal]. Está afrontando esta situación como la mujer fuerte que es. Ella estuvo presa también injustamente, es una víctima de todo el maltrato a toda mi familia. Ahora también le están abriendo carpetas [causas] fiscales sin sustento, ha perdido la libertad y yo solo quiero que sea una joven normal que pueda tener una vida libre de ataques, quiero que sea feliz.
En el caso de mi esposa Lilia, es a quien le agradezco la resistencia en todo este tiempo porque no ha sido fácil para ella. Muchas veces quiso irse a Chota [ciudad del departamento de Cajamarca de donde procede Castillo] con mis hijos porque no aguantaba los ataques de toda esta región. Se burlaban de su vestimenta, de nuestras raíces andinas, de la forma en la que hablábamos, había discriminación racial. En todo momento recibió ataques a su persona.
Sobre mis papás, ellos están sufriendo porque mi madre no sabe que estoy preso. A ella le han mentido diciéndole que estoy en otra región y que ya volveré a Chota. Es la única forma para que no afecte su salud porque son adultos mayores. Sobre mi padre, él sí sabe que estoy preso, pero aún no ha podido visitarme. Los extraño mucho y quisiera verlos pronto, pero sé que si vienen recibirán ataques de la prensa.
¿Qué ocurrió el 7 de diciembre? ¿Se trató de un intento de subvertir la institucionalidad peruana? Si no fue así, ¿qué pretendió hacer como presidente de Perú ese día?
Es complicado y complejo de explicar. No se puede explicar solamente de manera política. Jamás intenté subvertir la institucionalidad peruana. Yo quería acercarme al pueblo. Fue un día de hacer eco para los “nadies”. Tomé la bandera de la Asamblea Popular Constituyente y di mi discurso recordando y siendo fiel a los pueblos que votaron por mí, que confiaron en mí.
Fue una reivindicación de mi parte. Quise hacer entender a la clase política que el poder popular es la máxima expresión de las sociedades. No quise obedecer a los grupos de poder económicos sociales. Quise poner al pueblo por encima de todo.
Se dijo mucho: yo no me estaba escapando como lo ha dicho la prensa, iba a dejar a mi familia a la embajada de México, todo fue muy rápido. Fue mi decisión. De nadie más. Estaba nervioso, pero lo hice. Después del mensaje a la Nación, Aníbal Torres [presidente del Consejo de Ministros del Perú] estaba muy confundido, tenía un rostro desencajado, porque no comprendió por qué hice lo que hice. También todos los ministros que se encontraban ahí, que llegaron cuando ya estaba leyendo el mensaje.
Después del mensaje, lo primero que pensé es en mi familia. Yo fui a dejarlos a la embajada de México, en ningún momento quería fugarme. Yo iba a regresar. Quería poner a salvo a mi familia. Tomamos el carro “Cofre” de Palacio y estábamos en el camino cuando la misma policía nos detiene. Una situación sumamente ilegal porque yo seguía siendo el presidente. Mi hija pequeña empezó a llorar ya que ella estaba sentada en mis piernas, yo la abrazaba y la calmaba para que no llorase.
Cabe señalar que la fiscal en ningún momento estuvo en mi detención y no hubo un proceso legal como peruano con derechos y menos como presidente porque seguía siendo presidente y sigo siendo presidente
La policía llegó con metralletas y paró el carro. Eran muchos policías y hay pruebas que han salido en medios de comunicación. Fue muy traumático y violento para mis hijos. Es cuando yo pedí a los oficiales que no amedrentasen a mi familia, que iba a bajar y que no era necesaria la violencia. Así fue, salí del carro, Aníbal Torres también y valientemente asumió mi defensa. Yo me sentía muy confundido, ya no pensaba como presidente, yo solo pensaba como padre de familia. Aníbal Torres en todo momento mostró firmeza y me supo guiar. Le agradezco mucho por eso. Luego recuerdo momentos en partes, se me subió el azúcar. Yo tengo un problema en el oído, uso un aparato para poder escuchar, no escuchaba las indicaciones que me decían, hubo un momento en el que solo escuchaba silencio. Fue muy confuso, no me sentía en mí mismo. Solo pensaba en mi familia.
Cabe señalar que la fiscal en ningún momento estuvo en mi detención y no hubo un proceso legal como peruano con derechos y menos como presidente porque seguía siendo presidente y sigo siendo presidente. Toda esta actitud violenta fue responsabilidad de [Harvey] Colchado. Me llevaron a Diroes [División Nacional de Operaciones Especiales] al siguiente día y ahí es cuando llega la Fiscal.
¿Qué opina de quienes consideren que lo suyo fue un “autogolpe”’?
Que es un discurso que ha creado la derecha. Desconocen la realidad de las cosas, son tan ignorantes que se crean sus propias historias y ellos mismos repiten y repiten sin realizar un correcto trabajo de periodismo de investigación. La prensa tradicional en Perú es una vergüenza. Han intentado destruir a mi familia, están destruyendo a muchas otras personas opositoras a este Gobierno de facto. Los responsables de la prensa me parecen los verdaderos ignorantes y son ellos quienes dicen que ha sido un autogolpe, no el pueblo.
¿Es usted víctima de un complot? ¿Quiénes han organizado ese complot?
Sí, soy víctima de un complot. Lo ha organizado principalmente la derecha peruana que sirve a intereses de la derecha internacional, los grupos neoliberales e imperialistas. Tienen y han usado toda su maquinaria de poder económico y político. Entre esto, se encuentra la prensa peruana que responde también a estos intereses.
Soy el primer presidente rural, maestro y campesino. No me querían en el Gobierno nunca y fui elegido por el pueblo en elección popular, mi elección fue democrática. Nunca me lo perdonaron
Las personas de a pie que entramos en política para cambiar las cosas hemos chocado contra sus intereses desde el primer momento. Esto es un hecho. Soy el primer presidente rural, maestro y campesino. No me querían en el Gobierno nunca y fui elegido por el pueblo en elección popular, mi elección fue democrática. Nunca me lo perdonaron.
Por haber ofrecido esta entrevista, el INPE, inició un segundo proceso disciplinario contra el expresidente Pedro Castillo, quien se encuentra privado de su libertad (mandato de prisión preventiva) en el Establecimiento Penitenciario Barbadillo.
La celda de Castillo, según relata la publicación, carece de ventanas y de luz natural, aunque se le permite el acceso a un pequeño huerto donde está cultivando patatas y maíz.
En el interior de la celda hay un pequeño hornillo para cocinar y un escritorio con algún libro.
En este momento el expresidente se encuentra leyendo El arte de la guerra, de Sun Tzu.
Este penal, es de máxima, ahí está recluido también Alberto Fujimori,
La celda de Castillo carece de ventanas y de luz natural, aunque se le permite el acceso a un pequeño huerto donde está cultivando patatas y maíz.
En el interior de la celda hay un pequeño hornillo para cocinar y un escritorio con algún libro.
En este momento el expresidente se encuentra leyendo El arte de la guerra, de Sun Tzu.
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