Secocha, la localidad ubicada en el distrito de Mariano Nicolás Valcárcel, provincia de Camaná, departamento de Arequipa, cinco días después de la caída de dos huaycos, aún sufre los estragos del embalse natural que provocó por lo menos 17 fallecidos.
La ayuda humanitaria dispuesta por el Gobierno Central llega lentamente y como en otras ocasiones, al parecer beneficia a quienes menos lo necesitan y las quejas de quienes tienen puesta la ropa que llevaban el día de la desgracia, se multiplican.
Muchos damnificados, en la desesperación por recuperar algunas de sus pertenencias utilizan palas para remover los escombros, en la desesperación por la demora en la llegada de maquinaria pesada.
Otros decidieron emprender el retorno a sus lugares de origen y abandonar sus terrenos y viviendas, la mayoría cubiertas totalmente por el lodo y emprender el retorno a sus lugares de origen.
Hay también carpas instaladas por las autoridades para albergar a los damnificados. Reciben alimentos, implementos de aseo, agua, camas, entre otros.
Este lugar, Secocha, más que un pueblo, es un centro de concentración minera que reúne a no menos de 20 mil peruanos que con sus familias llegaron en los últimos años al lugar para trabajar en la extracción de oro y otros minerales en los 150 emplazamientos que existen en la zona.
Según las autoridades del Ministerio de Energía y Minas se estima que en todo el corredor minero de Secocha y el distrito de Mariano Nicolás Valcárcel laboran alrededor de 4,000 minero.
Vea el recorrido de agendapais.co por la localidad que aun llora a sus muetos.