Neuchâtel se ha convertido en el primero de los 26 cantones suizos en aprobar una ley que prohíbe las terapias de conversión. Una moción similar a escala nacional está pendiente en el Parlamento.
La ley aprobada por el parlamento cantonal de Neuchâtel ilegalizará proponer tratamientos para modificar la orientación sexual. Incitar a otros a cambiar su identidad de género también se convertirá en un delito penal, castigado con una multa.
«Es una señal muy fuerte. Estas prácticas, que esperamos sean extremadamente infrecuentes, son muy perjudiciales para los afectados. Tienen efectos devastadores porque se basan en la idea errónea de que la homosexualidad o la transexualidad son enfermedades que hay que curar», declaró Florence Nater, ministra del gobierno cantonal.
Las autoridades de Neuchâtel afirman que es difícil calibrar el alcance del problema allí, ya que no se dispone de estadísticas.
A nivel suizo, se calcula que unas 14 000 personas se han sometido a algún tipo de terapia de conversión.
Estos procedimientos están prohibidos en varios países, entre ellos Alemania y Francia. En Suiza, varios cantones han aprobado mociones, aunque todavía no leyes, a favor de dicha prohibición, al igual que una de las dos cámaras del parlamento a nivel nacional.