Las próximas reflexiones de los miércoles del papa Francisco estarán centradas en el discernimiento, porque “quiere unas iglesia reflexiva, no una iglesia que repita costumbres y sea de papagayos que repitan de paporreta las cosas del catecismo”.
Palabras del arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo durante la misa dominical celebrada en la catedral de Lima donde transmitió el mensaje de lo que busca la iglesia de su feligresía. “Quiere personas que tengan capacidad de pensar, de ver más lejos, de abrirse a las necesidades y problemas de la realidad porque ahí esta Dios presente”, precisó.
“Vivimos, agregó, en una sociedad que ha crecido en individualismo y ha olvidado que el centro de nuestras vidas es el amor. Por eso es muy importante aprender a renunciar, es uno de los actos más sabios que puede haber cuando uno tiene que aceptar que no puede hacer eso y tiene que hacer dentro del límite lo mínimo indispensable para que las cosas vayan adelante. Eso supone la disponibilidad y la disponibilidad es ir dejando cosas que son demasiado equipaje para poder caminar”, sentenció el arzobispo de Lima.
Bajo control pero con “cálculo seco”
En sui homilía monseñor Castillo habló de la exactitud, producto de la tecnología pero carente de la inspiración. “Este es un mundo donde todo está súper calculado especialmente por medio de la computadora, de los algoritmos y de los robots. Todo está bajo control, pero todo es cálculo seco, sin inspiración. Es un cálculo para sacar plata para dominar, nuestra propia iglesia está invadida por personas que ve, entre ustedes, los fieles un mercado para sacar plata”.
El prelado adelantó que, este año, «de todas maneras hay procesión del Señor de los Milagros. La imagen del Cristo Moreno volverá a recorrer las calles de nuestra ciudad después de tres años: «Con tanto que hemos sufrido, el Señor es nuestro consuelo y vamos a seguir”, agregó.