El Salvador: Bukele es ”muy popular” pero no quiere decir que sea “un presidente democrático”, opinó analista Daniel Zovatto
El Salvador. “De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea. El récord en toda la historia democrática del mundo. Dios bendiga a El Salvador”.
Palabras del reelecto presidente Nayib Bukele, candidato de Nuevas Ideas en su primera reacción tras el cierre de los centros de votación y la difusión de la proyección no oficial de la casa encuestadora CID Gallup, que aseguró que el candidato ganador obtuvo 87% de los votos.
El Salvador: Bukele “muy popular” pero no democrático
A decir del abogado y analista internacional Daniel Zovatto, las elecciones en El Salvador, en las que Bukela superó 85 % de los votos, si bien presentan irregularidades, son el culmen de una serie de medidas para desmantelar el sistema electoral salvadoreño.
“Este es un proceso electoral con una falta de integridad total. Hoy, si bien se están presentando algunas irregularidades, en realidad, fue la etapa preelectoral en la que se desmanteló el sistema con las reformas electorales, la falta de equidad, el ventajismo oficial, el voto por Internet y el presencial desde el exterior y el incumplimiento de normas electorales con base en la Constitución (reelección presidencial consecutiva inconstitucional)”, declaró Zovatto a El Diario de Hoy, de San Salvador.
“La diferencia en participación electoral vendrá del voto desde el exterior”, explicó Zovatto, conferencista y colaborador frecuente de diversos periódicos latinoamericanos y El País (España), al igual que de CNN en Español.
Para Zovatto, el peligro de la “bukelizacion de la política” es su mensaje central: la democracia tradicional es incompetente y corrupta. Hay que sustituirla por la “eficracia”, es decir la capacidad del régimen para dar resultados oportunos y eficaces a las demandas ciudadanas, y para ello es preciso tres cosas: 1) concentrar todo el poder; 2) permanecer en el poder vía reelecciones inconstitucionales; y 3) desmantelar la democracia con apoyo popular. A ello debe agregarse un uso sofisticado de la comunicación, una narrativa seductora y un manejo exquisito de las redes sociales.
Pero todo esto encierra un peligro, ya anunciado por el vicepresidente y compañero de fórmula de Bukele, Félix Ulloa: ““A esta gente que dice que se está desmantelando la democracia, mi respuesta es sí. No la estamos desmantelando, la estamos eliminando, la estamos sustituyendo por algo nuevo”, según cita el periódico The New York Times.
“Estas declaraciones del actual VP y nuevamente compañero de la fórmula presidencial junto a Bukele no frían ninguna duda acerca del objetivo autoritario del proyecto bukeleano en El Salvador: aprovechar el alto apoyo popular resultado de su política en materia de seguridad, buscar una reelección a todas luces inconstitucional, desmantelar la democracia representativa, acabar con la división de poderes, debilitar el estado de derecho, avanzar hacia un “nuevo modelo de democracia” y mantenerse en el poder todo el tiempo que sea posible”, dice Zovatto.
A nivel regional latinoamericano, avizora Zovatto, un triunfo de Bukele rompería con cuatro tendencias electorales recientes: 1) el voto de castigo contra los gobiernos en ejercicio; 2) la dificultad de ser reelegido; 3) la necesidad de ir a un balotaje para definir la presidencia; y 4) Presidentes sin mayoría propia en el Congreso.
Por lo anterior es importante reconocer que Bukele “es un presidente muy popular, pero esta popularidad no lo convierte en un presidente democrático”. “Es, por el contrario, un presidente que ejerce el poder de manera crecientemente autoritaria y que logrará su reelección consecutiva en abierta violación de la Constitución de la República”, advirtió.
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