Minutos antes de conocerse el anuncio de Keiko Fujimori de presentar acciones de nulidad en 802 mesas de sufragio a nivel nacional, las que sumadas a las 1,200 actas observadas representan 500,000 votos en juego, la Oficina de Prensa de Pedro Castillo emitió un pronunciamiento en el que afirmó que hasta el momento la labor de la ONPE y del JNE es irreprochable. Este es el texto:
- Pedro Castillo es el nuevo Presidente del Perú. La diferencia de votos al final debe ser de 50 mil votos. Con suerte más.
- ¿Hubo fraude? No ha habido nada parecido. La labor de la ONPE y de la JNE hasta el momento es irreprochable. Lo dicen los mismos observadores internacionales que, por el contrario, denunciaron la parcialidad monstruosa de la prensa y las condiciones desfavorables hacia Pedro Castillo por parte de distintos poderes.
- Es muy notorio, a nivel delictivo, lo de la Cancillería. Si algo se ha comprobado como fraudulento es precisamente lo dicho por el cónsul encargado de llevar los votos en Florida, Estados Unidos. Las denuncias contra lo hecho por los funcionarios de la Cancillería son múltiples. Esto es vergonzoso y debe investigarse.
- Si alguien ha intentado el fraude (la trampa, el terruqueo, el racismo, el llamado al golpe, tumbarse al Presidente del JNE y un largo etcétera) desde que empezó esta segunda vuelta, ese partido ha sido el fujimorismo. No solo tiene toda la plata del mundo y convirtió a toda la prensa en herramientas proselitistas a favor de Keiko, sino que además desplegó una millonaria campaña con paneles carísimos y buses pagando a gente necesitada para que vayan a los mitines vacíos de Keiko. Burló la Ley Electoral mil veces. De hecho los paneles hasta ahora no se sabe quién los paga.
- ¿El fujimorismo va a reconocer su derrota y saludar democráticamente al nuevo Presidente como corresponde? No. En absoluto. Keiko Fujimori va a hacer exactamente lo hecho en 2016 solo que peor. Su discurso de «he cambiado, créanme» solo funciona si gana. Perdió en 2016 y su venganza terminó con dos Presidentes vacados y un Congreso delictivo cuyos actos escandalosos sufrimos hasta ahora. La única diferencia es que ahora Keiko no solo lucha por ganar en mesa la presidencia a cualquier precio, sobre todo lucha para no tener que responderle a la justicia.
- ¿Qué es lo que busca hacer el fujimorismo para ganar lo que perdieron en las urnas? Ya la respuesta a esta pregunta tiene una sola definición: un golpe. Desconocer los resultados de una elección limpia para hacerse con el poder a cualquier precio es dar un golpe.
- El golpe que pretende Keiko Fujimori es un golpe en mesa que los bufetes de abogados más poderosos del Perú están ya ejecutando. Todo este mecanismo empezó mucho antes del 6 de junio cuando extrañamente se puso una demanda para sacar de carrera a Perú Libre a 10 días de la elección. Más adelante, el paso 2, fue pedir abiertamente cambiar al Presidente del JNE por, según ellos, estar parcializado por su pasado ideológico. Nada funcionó porque no tenía ningún sentido, pero eso no importaba: se trataba de dejar pruebas a las que pudieran recurrir y clamar «fraude» en caso todo saliera mal.
- Todo les salió mal. De hecho, les salió pésimo pensando en los millones que se han gastado para tener TODO a favor. Ni con todo eso lograron que Keiko pase adelante de Castillo. Un enorme fracaso.
- El golpe en mesa busca impugnar algo parecido a 100 mil votos clamando fraude sin ninguna prueba real. El libreto fue torpe porque Keiko Fujimori salió intempestivamente a hablar de «indicios de fraude» sin nada que lo demostrara. Un suicidio político que manchaba la elección porque a Keiko le daba la gana. Si lo hizo fue porque sabían ya que iban a perder: la estadística no les daba y el famoso voto extranjero siempre fue mínimo no solo por el ausentismo.
- El gran problema al que se enfrenta la estrategia del golpe en mesa es que los 100 mil votos que quieren impugnar no son válidos porque, como dice Ivan Lanegra, por la Ley Orgánica de Elecciones, «el escrutinio realizado en las Mesas de Sufragio es irrevisable». Esto significa que lo único que va a revisarse (lo están haciendo ahora) son las actas con votos impugnados EN MESA. Y son 443 votos.
Todo lo que se quiera impugnar porque se ha revisado después, no entra. Solo las actas observadas por la ONPE por problemas formales.
Lo único que nos podría poner en alerta es si la ONPE o el JNE deciden ir contra la Ley Orgánica de Elecciones para favorecer al fujimorismo, pero en ese caso tanto la ONPE como el JNE estarían colaborando con el golpe. No creo de ninguna manera que eso ocurra pero siempre hay que estar atentos.
A Keiko no le alcanza. Ha perdido la elección y todas las instituciones internacionales y la prensa está al tanto de lo que pueda ocurrir. Tramar algo mucho más grave sería un error tremendo.
Ya no estamos en 1992.as canteras. Ya basta de amenazas.