lunes, enero 13, 2025
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Papa Francisco: “No se dialoga ni negocia con el diablo que busca solo dividir”

Al diablo “no se le vence tratando con él, sino oponiéndole con fe la Palabra divina. De este modo, Jesús nos enseña a defender la unidad con Dios y entre nosotros, de los ataques del que divide”. Palabras del papa Francisco pronunciadas previa al rezo mariano del Ángelus.

El jefe de la iglesia universal precisó que el Evangelio de hoy, habla de las tentaciones que sufrió Jesús por parte del diablo en el desierto. «El Evangelio de este primer Domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús en el desierto tentado por el diablo (cfr. Mt 4,1-11). Diablo significa “el que divide”. Su nombre nos dice lo que hace: divide. Eso es lo que se propone también tentando a Jesús. Veamos ahora de quién lo quiere dividir, y de qué modo».

De esta manera el papa Francisco dio inicio a su alocución previa al rezo mariano, y recuerda que antes de ser tentado, Jesús, al recibir el Bautismo de Juan en el Jordán, el Padre le llama «mi Hijo amado», y el Espíritu desciende sobre Él en forma de paloma.

“El Evangelio nos presenta, agregó, las tres Personas divinas unidas en el amor. Y Jesús dirá que ha venido al mundo a hacernos partícipes de la unidad que existe entre Él y el Padre. El diablo quiere separar a Jesús del Padre, quiere apartarlo de su misión de unidad para nosotros, señala el Pontífice.

Los tres venenos del diablo: apego, desconfiaza y poder

En su alocución Francisco sostuvo que el diablo, aprovechando la «condición humana de Jesús, que se encuentra débil porque ha ayunado durante cuarenta días y tiene hambre, intenta instilar en Él tres “venenos” potentes, para paralizar su misión de unidad»: Estos venenos son el apego, la desconfianza y el poder.

El diablo, afirmó, trata de sugestionar a Jesús con razonamientos persuasivos sobre el apego de las cosas y las necesidades, la desconfianza al Padre y sobre el poder.

“Tienes hambre, ¿por qué tienes que ayunar? Escucha tu necesidad y satisfácela, tienes el derecho y el poder para ello: transforma las piedras en pan. Después, el segundo veneno, la desconfianza: “¿Estás seguro de que el Padre quiere tu bien? -insinúa el maligno-. ¡Ponlo a prueba, chantajéalo! Tírate desde el punto más alto del templo y haz que haga lo que tú quieres”. Por último, el poder: “¡No necesitas a tu Padre! ¿Por qué esperar sus dones? ¡Sigue los criterios del mundo, logra todo tú solo y serás poderoso!”. Terrible, ¿no es cierto? Pero es así, también para nosotros:»

El diablo intenta instilar tres venenos en nosotros

El pontífice, nos recuerda, que el diablo trata de envenenarnos a cada uno con el apego a las cosas, la desconfianza y la sed de poder. Tres «tentaciones frecuentes y peligrosas que el diablo emplea con el fin de dividirnos del Padre», y que trata de dividirnos, que no nos sintamos más hermanos entre nosotros, para llevarnos a la soledad y a la desesperación, dijo Francisco.

«¡Esto es lo que quiere hacer con Jesús, esto es lo que quiere hacernos a nosotros! Pero Jesús vence las tentaciones. ¿Cómo? Evitando discutir con el diablo y respondiendo con la Palabra de Dios».

Vencer al diablo con la Palabra de Dios

Jesús, señaló  el Papa, no dialoga con el diablo, no negocia con él, rechaza sus insinuaciones con «las Palabras benéficas de las Escrituras». Citando tres frases que hablan dijo Francisco, de libertad respecto a las cosas, de confianza y de servicio a Dios.  Tres frases opuestas a las tentaciones.

«Esto supone una invitación para nosotros: ¡con el diablo no se discute! No se le vence tratando con él, sino oponiéndole con fe la Palabra divina. De este modo, Jesús nos enseña a defender la unidad con Dios y entre nosotros, de los ataques del que divide. ¡Y necesitamos unidad! Esto es importante: con el diablo no se discute, con el diablo no se dialoga. Jesús se enfrenta a él con la Palabra de Dios».  Texto original:

Vea el texto de la alocusión de SS

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este primer Domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús en el desierto tentado por el diablo (cfr. Mt 4,1-11). Diablo significa “el que divide”. El diablo siempre quiere crear división, y eso es lo que se propone también tentando a Jesús. Veamos entonces de quién quiere dividir el diablo a Jesús, y de qué modo lo tienta.

¿De quién quiere separar el diablo a Jesús? Después de recibir el bautismo de Juan en el Jordán, Jesús fue llamado por el Padre «mi Hijo amado» (Mt 3,17), y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma (cfr. v. 16). El Evangelio nos presenta así las tres Personas divinas unidas en el amor. Luego, Jesús mismo dirá que ha venido al mundo a hacernos partícipes de la unidad que existe entre Él y el Padre (cfr. Jn 17,11). El diablo, en cambio, hace lo contrario: entra en escena para dividir a Jesús del Padre y apartarlo de su misión de unidad para nosotros. Divide siempre.

Veamos ahora de qué modo intenta dividir. El diablo quiere aprovechar la condición humana de Jesús, que se encuentra débil porque ha ayunado durante cuarenta días y tiene hambre (cfr. Mt 4,2). El maligno intenta entonces instilar en Él tres “venenos” potentes con el fin de paralizar su misión de unidad. Y estos venenos son el apego, la desconfianza y el poder. Ante todo, el veneno del apego a las cosas, el apego a las necesidades; mediante razonamientos persuasivos, el diablo trata de sugestionar a Jesús: “Tienes hambre, ¿por qué tienes que ayunar? Escucha tu necesidad, satisfácela, tienes derecho y tienes también poder para ello: transforma las piedras en pan”. Después, el segundo veneno, la desconfianza: “¿Estás seguro de que el Padre quiere tu bien? —insinúa el maligno—. ¡Ponlo a prueba, chantajéalo! Tírate desde el punto más alto del templo y haz que haga lo que tú quieres”. Por último, el poder: “¡No necesitas a tu Padre! ¿Por qué esperar sus dones? ¡Sigue los criterios del mundo, logra todo tú solo y serás poderoso!”. Las tres tentaciones de Jesús. E igualmente nosotros vivimos estas tres tentaciones, siempre. Es terrible. Pero es así también para nosotros: el apego a las cosas, la desconfianza y la sed de poder son tres tentaciones frecuentes y peligrosas que el diablo emplea con el fin de dividirnos del Padre y hacer que ya no nos sintamos hermanos y hermanas entre nosotros; las usa para llevarnos a la soledad y a la desesperación. ¡Esto es lo que quiere hacer el diablo, esto es lo que quiere hacernos a nosotros: llevarnos a la desesperación!

Pero Jesús vence las tentaciones. ¿Y cómo las vence? Evitando discutir con el diablo y respondiendo con la Palabra de Dios. Esto es importante: con el diablo no se discute, con el diablo no se dialoga. Jesús le hace frente con la Palabra de Dios. Cita tres frases de las Escrituras que hablan de libertad respecto a las cosas (cfr. Dt 8,3), de confianza (cfr. Dt 6,16) y de servicio a Dios (cfr. Dt 6,13), tres frases opuestas a las tentaciones. No dialoga nunca con el diablo, no negocia con él, sino que rechaza sus insinuaciones con las Palabras benéficas de las Escrituras. Esto supone una invitación para nosotros: ¡con el diablo no se discute! No se negocia, no se dialoga; no se le vence tratando con él, es más fuerte que nosotros. Al diablo se le vence oponiéndole con fe la Palabra divina. Jesús nos enseña a defender de este modo la unidad con Dios y entre nosotros de los ataques del que divide. La Palabra divina es la respuesta de Jesús a las tentaciones del diablo.

Por ello, preguntémonos: ¿qué lugar tiene en mi vida la Palabra de Dios? ¿Recurro a la Palabra de Dios en mis luchas espirituales? Si tengo un vicio o una tentación que se repite, ¿por qué no busco, haciendo que me ayuden, un versículo de la Palabra de Dios que responda a ese vicio? Luego, cuando llegue la tentación, lo recito, lo rezo confiando en la gracia de Cristo. Probemos, nos ayudará en las tentaciones, nos ayudará mucho, porque, entre las voces que se agitan dentro de nosotros, resonará la voz benéfica de la Palabra de Dios. Que María, que ha acogido la Palabra de Dios y con su humildad ha derrotado la soberbia del que divide, nos acompañe en la lucha espiritual de la Cuaresma.

 

 

Elí Joacim del Aguila Tuanama
Elí Joacim del Aguila Tuanamahttps://www.agendapais.com
Periodista, con experiencia en el manejo de medios de comunicación masivos, respaldados por 31 años consecutivos de ejercicio periodístico en Radioprogramas del Perú, RPP (donde ejerció cargos jefaturales desde 1995 hasta el 2013) y siete años como director del periódico digital Agenda País.
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