Maryam Alsyed Tiyrab, la joven sudanesa de 20 años, condenada a morir lapidada por el delito de adulterio, en lo que representa la primera sentencia de este tipo en Sudán, país que el pasado octubre sufrió un golpe militar, espera en la prisión de Kosti donde se encuentra detenida, que el Tribunal Supremo ratifique o anule el veredicto de primera instancia.
La lapidación es una especie de pena capital en la que una multitud arroja piedras a un delincuente hasta que sufre graves heridas corporales y muere. Uno de estos injustos castigos existe en este momento y forma parte de la Declaración Constitucional de 2019.
El Centro Africano de Estudios de Justicia y Paz (ACJPS) pidió a las autoridades sudanesas que anulen la sentencia de muerte por lapidación, liberen de inmediato a la acusada y garanticen un juicio justo a la joven. Además insta a las autoridades sudanesas a priorizar las reformas legales e institucionales, incluida la revisión y modificación de las leyes para garantizar la prohibición absoluta de la tortura, incluida la tortura sancionada por el estado.
El caso
El 26 de junio de 2022, el juez Haroun Adam del tribunal penal de Kosti en el estado del Nilo Blanco condenó a muerte por lapidación a Maryam Alsyed Tiyrab, una joven de 20 años tras declararla culpable de violar el artículo 146 (2) (adulterio) del Código Penal de Sudán de 1991. La sentencia aún no ha sido aprobada por el Tribunal Superior.
¿Quién es Maryam Alsyed Tiyrab?
Es una mujer que se había separado de su esposo por lo que volvió a la casa de su familia. Fue interrogada por un investigador de la policía que presuntamente obtuvo una confesión de ella.
ACJPS ha sido informado fehacientemente de que el policía investigador no informó a Tiyrab que la información que compartió durante su interrogatorio se usaría como evidencia en su contra durante el juicio.
El proceso de Tiyrab también estuvo contaminado con varias irregularidades, por ejemplo, su juicio comenzó sin obtener una denuncia formal de la policía en Kotsi.
A Tiyrab también se le negó representación legal. Según el artículo 135(3) del Código de Procedimiento Penal de Sudán de 1991, un acusado tiene derecho a representación legal en cualquier caso penal que conlleve una pena de 10 años o más de prisión, amputación o muerte.
El cargo y la sanción no le fueron explicados a Tiyrab. Las autoridades tampoco han remitido el expediente al tribunal superior para su aprobación.
A decir de ACJPS, “la aplicación de la pena de muerte por lapidación por el delito de adulterio (zina) es una grave violación del derecho internacional, incluido el derecho a la vida y la prohibición de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, establecidos en la Convención Internacional Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) del que Sudán es Estado Parte”.
El artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que “la pena de muerte sólo podrá imponerse por los delitos más graves”.
La mayoría de los casos de adulterio en Sudán se dictan contra mujeres, destacando la aplicación discriminatoria de la legislación, en violación del derecho internacional que garantiza la igualdad ante la ley y la no discriminación por razón de sexo.
El 10 de agosto de 2021, Sudán ratificó la convención contra la tortura, 35 años después de agregar su firma al tratado internacional en 1986. Por lo tanto, la ejecución por lapidación como forma de tortura sancionada por el estado es una violación de las obligaciones de derechos humanos de Sudán.
El 26 de junio marcó el aniversario de la entrada en vigor de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.
La Declaración Constitucional de 2019 aún aprueba la pena de muerte, incluso para delitos hudud como el adulterio.
ACJPS condena el uso de la pena de muerte en todos los casos. Este caso subraya la necesidad urgente de que las autoridades de Sudán emitan una suspensión inmediata de todas las ejecuciones en Sudán con miras a abolir la pena de muerte y revisar toda la legislación que tenga el propósito o el efecto de discriminar a las mujeres.