Cada 12 de setiembre, día en el que la Policía Nacional del Perú, a través del Grupo Especial de Inteligencia, GEIN, capturó en 1992 al cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, la iglesia católica celebrará la advocación de María Sede de la Sabiduría, por disposición del Arzobispo de Lima y Primado del Perú, monseñor Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio.
Mediante un decreto extraordinario, el prelado dispuso, para la Arquidiócesis de Lima, que cada 12 de setiembre, durante la Fiesta del Santísimo Nombre de María, se celebre la advocación de María Sede de la Sabiduría “para dar gracias a Dios por los dones de sabiduría pacificadora” que permitieron el inicio del proceso de pacificación en el Perú hace 30 años.
“Así, acogiendo esos dones, todos superemos las polarizaciones y violencias con paciencia, serenidad, humildad, desprendimiento, generosidad, disciplina, inteligencia profunda, comprensión ponderada de las situaciones y la prudencia pacificadora”, se lee en el decreto firmado por el arzobispo de Lima.
Foto: Arzobispado de Lima
Emotiva eucaristía
En la homilía de este domingo XXIV del Tiempo Ordinario, el arzobispo de Lima recibió la visita de los representantes del Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN), al cumplirse 30 años de la captura de la cúpula del grupo terrorista Sendero Luminoso. También estuvieron presentes las hermanas de la Congregación de Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas, en el marco de su 350º Aniversario.
Durante la Santa Misa, se leyó el decreto extraordinario que dispone la festividad para luego señalar que “para no caer en el extremismo de la violencia y la agresión, se necesita volver a la sabiduría de Dios; sabiduría que nuestros hermanos del GEIN quisieron sentir y vivir hace 30 años, cuando se dio inicio al proceso de pacificación en el Perú”.
Foto: Arzobispado de Lima
“Ellos se unieron para pensar un camino pacífico e inteligente, profundo y sabio, con pleno respeto de todos los derechos humanos, guiados por una finalidad noble: la paz del Perú”, señaló el prelado en su reflexión dominical.
“Ellos, agregó, se guiaron por una finalidad noble: la paz del Perú. Por eso, hoy día, vamos a intentar superar eso que una persona me dijo esta semana, “un país enojado”, porque estamos muy enojados; pero tenemos que superar el enojo, porque si no lo superamos, no podemos tener paz. Esa paz no es una paz que desprecia la justicia, sino que, por el contrario, no la anula ni la desprecia, pero, también, es una justicia que no destruye a nadie, porque es la justicia de los sabios pacíficos que siguen el Espíritu del Señor.
Foto: Arzobispado de Lima
“Por esa razón, voy a terminar esta Homilía, pidiéndoles que todos podamos celebrar en adelante, a partir de mañana (hoy lunes), que es 12 de septiembre, y, sin saberlo, el año pasado que nos reunimos aquí con nuestros hermanos del GEIN, es el día del Santísimo Nombre de María. Quizás, por eso, ellos se encomendaron, hace 30 años, en medio de todo el trabajo que tuvieron que hacer durante meses y meses, de seriedad, de investigación; se encomendaron a la Virgen de la Sabiduría, a María, que, cuyo Santísimo Nombre de Jesús, tiene una advocación que es la que tienen nuestros hermanos de la congregación de los Montfortianos: la Sede de la Sabiduría, la Virgen de la Sabiduría”.
“Entonces, vamos a instituir, de ahora en adelante, que el día 12 de setiembre, día de inicio de la pacificación de nuestro país de las manos del terrorismo, pueda venerarse al Santísimo Nombre de María como Virgen de la Sabiduría, para lo cual, le voy a pedir a uno de los cuatro nuevos diáconos que ha leído el Evangelio, que lea el decreto de institución de la veneración especial a la Virgen de la Sabiduría, patrona de la sabiduría y de la paz en el Perú”, concluyó monseñor Carlos Castillo.
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