Como cada año, los feriados de Semana Santa se convierten en el momento más activo para el turismo interno. Los viajeros optan por recorrer distintas plazas conocidas, pero el Perú cuenta con lugares impresionantes poco visitados, en los que la naturaleza y la cultura que poseen pueden darle más de una sorpresa a cualquier visitante que decide enrumbar una nueva aventura.
Según MINCETUR, más de 19 millones de peruanos viajaron dentro del país en el primer semestre de 2024, reflejando el crecimiento del turismo interno. Sin embargo, este flujo sigue concentrado en pocos destinos, dejando fuera parajes sorprendentes en Talara, Tacna y Jaén, inclusive siendo Cusco y Arequipa, destinos concurridos existen lugares listos para ser explorados.
¿Dónde ir para Semana Santa?
Desde desiertos de sal y géiseres en el altiplano hasta cascadas ocultas en la selva, estos destinos permiten vivir una Semana Santa diferente, lejos de las multitudes y en contacto directo con la naturaleza y sus comunidades. Kango, plataforma especializada en destinos sorpresa en el Perú, resalta la importancia de descubrir parajes pocos explorados que impulsen el turismo sostenible y fortalezcan la conexión con el entorno.
Talara y su desierto de sal: el espejo escondido del norte
- No es necesario viajar hasta Bolivia para admirar un impresionante paisaje de sal. A solo diez kilómetros de Talara, en el distrito de Negritos, se encuentra el Desierto de Sal, un espectáculo natural poco conocido donde el mar y el sol crean un manto blanco brillante.
Durante la marea baja, el agua se evapora dejando una capa de sal cristalina que refleja el cielo, generando un efecto visual único. Este rincón, aún alejado del turismo masivo, es ideal para la fotografía y la observación de este fenómeno natural.
Tacna: Géiseres y cataratas de Conchachiri
- A más de 4,000 metros de altitud, la provincia de Candarave, en Tacna, alberga más de 100 manifestaciones geotermales, entre géiseres, fuentes termales y fumarolas. El más impresionante, el Géiser de Candarave, expulsa columnas de agua caliente y vapor, creando un paisaje surrealista en medio del altiplano.
- En la zona, es posible avistar alpacas y llamas en su hábitat natural, así como recorrer el cercano bosque de quenuales, un ecosistema andino caracterizado por sus árboles retorcidos y resistentes al clima extremo. Para quienes buscan un momento de relajación, los baños termales naturales ofrecen un espacio ideal para descansar y revitalizarse.

Jaén: cascadas ocultas y lagunas llenas de vida
- En la selva de Cajamarca, cerca de la ciudad de Jaén, se esconden paisajes naturales que sorprenden por su belleza y tranquilidad. Las Cascadas de Santa Fe descienden entre rocas y espesa vegetación, creando un oasis de frescura en medio del bosque. Para llegar, se realiza una corta caminata entre senderos rodeados de cafetales y orquídeas, donde es posible disfrutar de un baño refrescante y conocer más sobre el turismo rural de la zona.
- A pocos kilómetros, la Laguna del Paiche ofrece un espectáculo distinto. Rodeada de arrozales y vegetación amazónica, es hogar del paiche, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo. Aquí, los visitantes pueden realizar paseos en bote, kayak y observar fauna local, incluyendo pavos reales y gansos. Además, el lugar cuenta con espacios fotográficos ideales para capturar la experiencia.
Arequipa: oasis, valles y paisajes surrealistas
- En el corazón del Cañón del Colca, el Oasis de Sangalle sorprende con su paisaje inesperado. Rodeado de imponentes acantilados, este valle escondido ofrece piscinas naturales de aguas cristalinas, ideales para un descanso después de una caminata entre las montañas. Es un refugio de tranquilidad donde el verde de la vegetación contrasta con la aridez del cañón.
- Más al oeste, el Valle de Majes es un destino que combina historia, naturaleza y cultura. Famoso por sus petroglifos de Toro Muerto, este valle guarda miles de grabados rupestres con figuras antropomorfas y zoomorfas, testigos de antiguas civilizaciones.
- Finalmente, en las alturas de Arequipa, Choqolaqa ofrece un paisaje surrealista. También llamado el “bosque de piedra”, este lugar esconde formaciones rocosas esculpidas por el viento y el tiempo, creando siluetas que parecen figuras de otro mundo.

Cusco: misterios andinos entre montañas y formaciones rocosas
- En lo alto de los Andes, Waqra Pukara se alza como una fortaleza inca poco explorada. Su nombre, que significa «fortaleza con cuernos», hace referencia a sus imponentes formaciones rocosas que asemejan torres naturales. Este sitio arqueológico, rodeado de abismos y montañas, es ideal para quienes buscan senderismo y vistas panorámicas espectaculares.
- Por otro lado, Pinku Ylluna es un rincón natural de belleza singular. Sus rocas rojizas y paisajes únicos crean un ambiente casi místico, perfecto para la exploración y la fotografía. Su tranquilidad y lejanía del turismo masivo lo convierten en un destino especial para la conexión con la naturaleza.

