lunes, marzo 17, 2025
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Sodalicio: Tras disolución piden a sodálites que resistan  y “acepten el sufrimiento de la incertidumbre”

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Sodalicio: además llama “personaje nefasto” a Mons. Jordi Bertomeu Farnós, encargado de la disolución

Sodalicio. En una extensa carta publicada en sus redes sociales, el periodista  exsodálite Alejandro Bermúdez Rosell (expulsado de la SVC en setiembre de 2024) publica una extensa carta dirigida a sus “hermanos sodálites” en la que les pide aceptar la decisión del papa Francisco  de declarar la disolución de la organización, resistir, aceptar el sufrimiento de la incertidumbre y confíar en los insondables designios divinos y esperar “nuevas circunstancias, en las que el Vicario de Cristo escuche sin prejuicio el clamor de hermanos -¡y hermanas que solo anhelan servir a Dios y a la Iglesia”.

A la vez, Bermúdez Rosell (expulsado de la SVC en setiembre de 2024  junto a  destacados lideres religiosos) ratifica su postura crítica contra  Mons. Jordi Bertomue Farnós, a quien llama “personaje nefasto” no solo para la comunidad, sino para la Iglesia. “El Papa ha sido sistemáticamente mal informado por quien ahora va a ser el comisario encargado de la disolución: el señor Jordi Bertomeu Farnós”, se lee en la carta del periodista para luego señalar: “El poder espurio de Bertomeu no va a durar. Mucho más durará nuestra esperanza”.

Mons. Jordi Bertomue Farnós es uno de los hombres clave del entorno del papa Francisco. Estuvo encargado de investigar para el pontífice los casos de abusos sexuales a menores protagonizados por el clero de la Iglesia católica. Nació en Tortosa en 1968, en Cataluña (España)  estudió Derecho en la Universidad de Barcelona y Teología en el Seminario de Tortosa antes de ordenarse sacerdote en 1995. Es doctor en Derecho Canónico y en el año 2012 empezó a trabajar como oficial de la Sección Disciplinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio del Vaticano. En paralelo oficia el cargo de vicario judicial de la diócesis de Tortosa, al que accedió en 2002.

Sodalicio: Carta de Alejandro Bermúdez Rosell.
Sodalicio: Carta de Alejandro Bermúdez Rosell.

Este es el texto de la carta:

Carta a mis hermanos sodálites

Queridos hermanos en la Fe y la Misión:

Lamento profundamente con ustedes la triste noticia de la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana. El Papa Francisco, como Vicario de Cristo en la Tierra tiene la potestad absoluta de determinar la validez de un carisma y ha determinado que el nuestro no la tiene. Y si ha decidido disolver el Sodalicio, el Sodalicio debe disolverse con total espíritu de fidelidad al Papa.

Sin embargo no quiero dejar de compartir con ustedes todo lo que sé de este proceso y cómo el Papa ha sido sistemáticamente mal informado por quien ahora va a ser el comisario encargado de la disolución: el señor Jordi Bertomeu Farnós.

Creo que es particularmente grave y dañino que el decreto de disolución permita a Bertomeu establecer las condiciones que la comunidad tiene que cumplir para poder «aspirar» a «refundarse».

En este contexto el pedido urgente y de todo corazón que hago a mis hermanos sodálites es que resistan a Bertomeu, no acepten las condiciones y asuman cualquier penalidad muy probablemente abusiva que conlleve tomar esta decisión; porque rendirse a Bertomeu -que es muy distinto a aceptar la decisión del Papa- será mucho peor que lo anterior.

Comparto mis razones

1)Desde que fui sometido a investigación presenté ante Mons. Schicluna y al Dicasterio de Doctrina de la Fe evidencia de que Bertomeu no era una investigador imparcial. Envié, entre otras pruebas, una copia de las páginas del libro de Pedro Salinas “Sin Noticias de dios,” en las que el autor dedica más de un capítulo para cantar los elogios de su amigo, a quien llama constantemente por su primer nombre, “Jordi”, desde 2019. Su libro incluye descripciones de visitas a restaurantes romanos juntos, de beber cervezas en la habitación de Monseñor Bertomeu en Roma, y de conversaciones íntimas que incluyen juicios severos y denigratorios contra quienes ya consideraba “culpables” de ser “abusadores”: el Sodalicio.Y esto, varios años antes de comenzar la investigación como parte de la “Misión Especial”.

Además, en conversaciones con autoridades sodálites al inicio de la investigación, Bertomeu ya decía que la “solución” para el Sodalicio, antes de investigar o escuchar razones o argumentos, era la disolución. Insistía en que no había carisma y decía podíamos “refundarnos” con la frivolidad de quien ni entiende ni le interesa la misteriosa y delicada naturaleza de un carisma para la Iglesia. Les pido que pregunten a las autoridades que negociaron con Bertomeu si lo que digo es verdad.

2) Existen evidencias de que Bertomeu no solo tenía una decisión tomada en contra del Sodalicio, sino que durante las investigaciones actuó con malicia y doblez. Por un lado, ocultaba información vital a miembros del Sodalicio a los que luego terminaría acusando de delitos que nunca mencionó cuando los entrevistó en persona; por otro lado, existen evidencias incontrovertibles, como filtraciones mediáticas solo atribuibles a él, fotografías en las que está literalmente brindando con los adversarios y acusadores del Sodalicio, entre otras, que demuestran que Bertomeu jamás ha estado interesado en el bien de la comunidad y de sus miembros. De nuevo, les animo a pedir a las autoridades que lidiaron con Bertomeu que confirmen si esto es verdad o no. Sé que algunos de ellos están en posesión de algunas de las fotos -repugnantes, dicho sea de paso- a las que hago referencia. Véanlas.

3) Bertomeu está interesado en una cosa y una cosa sola: echar mano a los bienes del Sodalicio y repartirlos no entre las víctimas reales -que en una muy buena medida fueron reparadas por el Sodalicio- sino que pretende incluir como víctimas a varios acusadores del Sodalicio. A estos últimos, Bertomeu, por exclusiva simpatía ideológica, los suma a la lista de víctimas que quieren ser compensados.

Permítanme dejar algo en claro: han existido y con certeza aún existen víctimas del Sodalicio. Pero recuerden hermanos que una comisión independiente de defensa y mediación de las víctimas entrevistó a centenares de personas y determinó el grado de daño sufrido; así como la naturaleza y monto que debían recibir de la comunidad. Como consecuencia, el Sodalicio ha pagado 2.3 millones de dólares en compensación de víctimas, y aún hoy en día sigue siendo económicamente responsable de varias de ellas, como debe ser. Pero existen falsas víctimas que se declaran tales simplemente porque han visto una oportunidad en la ola de ataques a la comunidad provocada y alentada por Bertomeu. Pese a conocer estos esfuerzos de reparación de la comunidad, Bertomeu nunca paró de difundir la leyenda de que el Sodalicio «no se ha preocupado por las víctimas».

Un ejemplo: existe una supuesta «víctima» actualmente -y es una entre varias- que pese a haber sido compensada en los términos que determinó la comisión independiente, cree que debe recibir una compensación de más de un millón de dólares. Esta «víctima» fue superior de comunidad durante años, múltiples hermanos que vivieron bajo su mando dan testimonio de sus conductas abusivas, de su desprecio por sus subordinados, y de su conducta inapropiada y hasta predatoria con jóvenes del Movimiento al que él tenía acceso.

Pero para Bertomeu este señor es una «víctima» únicamente porque abandonó el Sodalicio y porque se ha unido al coro de los que nos denuncian en los medios. Una vez más, pregunten a las autoridades si este personaje específico existe, si sigue reclamando este tipo de compensación, si existen otros más como él y si esta es la gente a la que Bertomeu piensa compensar con los bienes del disuelto Sodalicio.

4) Bertomeu no tiene ningún interés en la posible «refundación» del Sodalicio. Su único interés es aprovechar el noble deseo de los hermanos de seguir unidos en un carisma que recoja y refleje lo mejor del Sodalicio, de responder al llamado de Dios que cada uno ha recibido a la vida apostólica en común y de seguir sirviendo a los centenares de miles de personas que dan testimonio de las Gracia recibida por medio de nuestras labores apostólicas. Bertomeu ha sido un maestro genuinamente perverso -y uso esta palabra en su sentido más estricto, y no como un hipérbole- en abusar, aprovechar y manipular nuestro espíritu de lealtad al Papa, y nuestro espíritu de obediencia a la Iglesia y a sus autoridades, no solo para abusar de la comunidad sino para conducirnos a autodestruirnos. Otra vez, ahora que están juntos en Aparecida, pregunten a las autoridades si éste no ha sido el patrón de conducta constante de Bertomeu. Y cuando les pido preguntar a las autoridades, no estoy implicando de manera alguna de que ellos “ocultaron” esta información a la comunidad. Como he explicado, Bertomeu manipuló y abusó de nuestras autoridades, imponiendo un sigilo a nombre del Papa que él mismo nunca respetó.

5) Bertomeu no cree ni jamás ha creído en el debido proceso y por tanto sería suicida creer que lo respetará. Las acusaciones enviadas contra los que fuimos investigados son absurdas hasta lo surrealista y no cumplen para nada ni con la mínima lógica, mucho menos con la justicia, el derecho a la legítima defensa o los procesos canónicos.

Sodalicio: Alejandro Bermúdez Rosell (expulsado de la SVC9Llama “personaje nefasto” a Mons. Jordi Bertomue Farnós, comisario encargado de la disolución del SVC
Sodalicio: Alejandro Bermúdez Rosell (expulsado de la SVC9 Llama “personaje nefasto” a Mons. Jordi Bertomue Farnós, comisario encargado de la disolución del SVC

Les pongo solo algunos ejemplos -hay muchos más- que pueden corroborar con las autoridades ahora que están reunidos con ellas:

  • Bertomeu aceptó acusaciones contra mí que entre otras cosas, afirman que, a través de un amigo de un amigo que es un activista pro-vida cuyo apostolado yo cubrí periodísticamente -como correspondía- a través de ACI Prensa, yo estoy conectado… ¡Con la mafia rusa! A pesar de 100 páginas de descargos y una resolución a mi favor del investigador independiente. Bertomeu decidió expulsarme del Sodalicio.
  • Bertomeu aceptó contra otro hermano las acusaciones hechas por un individuo que reclama que una de las actividades económicas del Sodalicio «estafó» a su padre… hace veinte años. Este señor presentó su acusación ante la justicia peruana, que la rechazó cuatro veces; la presentó luego ante el Cardenal Joseph Tobin, que la hizo investigar y luego la rechazó; y finalmente la presentó a Bertomeu, que no sólo la aceptó sin investigación alguna… ¡Sino que la usó como «razón» para la expulsión de este hermano del Sodalicio!
  • Bertomeu recibió de un hermano acusado, el resultado de la investigación realizada por una jurista independiente que declaró que tal hermano era inocente de las acusaciones presentadas contra él. La jurista comunicó esta decisión al Superior General. El Superior envió el decreto de exculpación, junto con casi 700 (sí, setecientas) páginas de contundentes pruebas de inocencia. Ocho días después, el hermano fue expulsado del Sodalicio. ¿Qué posibilidades reales existen de que Bertomeu revisara la resolución y las pruebas en ocho días?

6) Bertomeu no tiene palabra. Literalmente no la tiene. Bertomeu ha sido responsable directo de todas las expulsiones de los que salimos de la comunidad. Pregunten a los superiores que digan cuántos documentos escritos, cuántos decretos, cuántas decisiones o notas de prensa, cuántas respuestas a pedidos formales de aclaración -como la que yo mismo le dirigí al inicio de las investigaciones contra mí- llevan la firma de Bertomeu. Les adelanto la respuesta. CERO. Bertomeu ha hecho que funcionarios de Doctrina de la Fe, funcionarios del Dicasterio de Vida Consagrada, el Nuncio en el Perú -viejo amigo suyo y compañero de apartamento en el pasado en Roma- o la Conferencia Episcopal Peruana hagan los anuncios, pese a que nosotros, como Sociedad de Derecho Pontificio, deberíamos ser informados por vía directa y por quienes son los encargados de la Misión Especial.

7) Recordemos que la comunidad enfrenta el problema de la incardinación de los hermanos sacerdotes. ¿Qué va a hacer Bertomeu al respecto? Una vez más pregúntele a las autoridades los comentarios hechos por Bertomeu al respecto. Su desdén e irresponsabilidad por el destino de nuestros hermanos sacerdotes es simplemente sociópata. Una vez más, uso esta palabra en sentido literal, no hiperbólico. Simplemente, existencialmente, no le importa. Ha pasado desde sugerir recurrir a supuestos «obispos amigos» a quienes él mismo tiene intimidados bajo riesgo de «investigación», o que simplemente «esperen» a una nueva fundación. Al respecto, les pido hermanos, que aprovechen la presencia del Cardenal Ghirlanda entre ustedes en Aparecida, y pregúntenle cuánto tiempo tomaría, bajo las nuevas normas para la creación de Institutos -que recordemos, han cambiado dramáticamente desde nuestra constitución- y considerando el estado de actual parálisis de la Curia vaticana, el nacimiento de un nuevo instituto con la capacidad de incardinar sacerdotes. Les adelanto la respuesta: ¡Una eternidad!

8) Finalmente, también consulten con el Cardenal Ghirlanda cuáles son los pasos, plazos de tiempo, procesos y aprobaciones -incluyendo la del Santo Padre- que se requieren para una nueva fundación. Bertomeu, una vez más, interesado en nuestra desaparición y en echar mano a los bienes legítimamente adquiridos y administrados por la comunidad, prometerá que vuestra rendición y sometimiento les garantizará un camino «suave y seguro» a la nueva realidad que todos desearíamos. Esa es una mentira. Y él es el primero en saberlo.

Por eso hermanos, por el bien real de lo que el Señor quiera de nosotros, por fidelidad a nuestro llamado, y aceptando la decisión del Vicario de Cristo de declarar la inexistencia de nuestro carisma, resistan, acepten el sufrimiento de la incertidumbre, confíen en los insondables designios divinos y esperen a nuevas circunstancias, en las que el Vicario de Cristo escuche sin prejuicio el clamor de hermanos -¡y hermanas, no lo olvidemos!- que solo anhelan servir a Dios y a la Iglesia; y en la que este personaje nefasto de Bertomeu no solo para la comunidad, sino para la Iglesia, no tenga el poder de decisión sobre el futuro. El poder espurio de Bertomeu no va a durar. Mucho más durará nuestra esperanza.

Alguno se preguntará legítimamente cuál será la reacción mediática a esta posición. Con certeza, será muy mala y agresiva. Pero los animo a preguntarse si existe algún “punto medio”, alguna “salida negociada” que sería de satisfacción de los comentaristas que nos odian simplemente por ser quienes somos y que ya no tienen más insultos y mentiras que arrojar sobre nosotros, porque ya lo han hecho. Y pregúntese, conociéndolos, si en ellos existe alguna alternativa “aceptable” que no sea la autodestrucción. Sabemos, por tanto, que no hay manera de complacerlos o aplacarlos. No la habrá nunca, y tenemos que hacer las paces con esa realidad. Que ladren los proverbiales perros y nosotros sigamos el lema de vida de San Juan Pablo II: “¡No tengáis miedo!”

Con profundo amor de hermano y unido con ustedes siempre en la oración y la misión, en el Día del Señor del 20 de Enero de 2025, día del aniversario 34 de mi profesión perpetua, memoria libre de San Sebastián Mártir. 

Vea la versión original de la carta del periodista Alejandro Bermúdez Rosell

 

Elí Joacim del Aguila Tuanama
Elí Joacim del Aguila Tuanamahttps://www.agendapais.com
Periodista, con experiencia en el manejo de medios de comunicación masivos, respaldados por 31 años consecutivos de ejercicio periodístico en Radioprogramas del Perú, RPP (donde ejerció cargos jefaturales desde 1995 hasta el 2013) y siete años como director del periódico digital Agenda País.
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