Dina Boluarte pronunció discurso por la batalla de Ayacucho desde Palacio de Gobierno
Dina Boluarte. En el discurso de orden por los 200 años de la batalla de Ayacucho, la presidente Dina Boluarte volvió a hacer hincapié que su mandato termina el 28 de julio de 2026 luego de lanzar ataques contra “el modelo que nos querían imponer los golpistas y que está llevando al fracaso a otros países de América”.
“Seguiremos firmes y de pie, con la frente en alto y con las manos limpias y así continuaremos queridos hermanos y hermanas trabajando por ustedes por todos los peruanos hasta el 28 de julio del 2026”.
Boluarte Zegarra pronunció su alocución en un acto que se realizó en el patio de honor de Palacio de Gobierno tras descartar su presencia en el mismo lugar donde hace 200 años se selló nuestra libertad por un tema de “caprichos del clima”.
“Nuestro propósito era conmemorar los 200 años de la gloriosa batalla de Ayacucho en las mismas pampas históricas donde se selló nuestra libertad. Los caprichos del clima no nos han permitido llegar al santuario histórico de las pampas de la Quinua, pero este contratiempo no apaga el fervor ni la solemnidad con la que rendimos homenaje a esa gesta inmortal”, argumentó la presidente.
Sostuvo que la economía crecerá en la medida que “no nos disparemos a nuestros propios pies”, a la ves que se mostró confiada en ingresar el próximo año, con tratados de libre comercio, a la India se Indonesia.
“Deseo, agrego, remarcar la alegría que sentimos porque nuestra economía está creciendo 3,2 por ciento anual y seguirá creciendo con mayor fuerza si se logra la estabilidad política y dejamos de dedicarnos a buscar la inestabilidad y el suicida debilitamiento del Gobierno y del estado disparándonos a nuestros propios pies”
“Tenemos más de 22 tratados de libre comercio y el próximo año firmaremos nuevos tratados para ingresar a mercados gigantescos como el de la India e Indonesia, dos de los países más poblados del mundo”, añadió Boluarte Zegarra.
Investigación
La presidente Dina Boluarte dirigió un discurso días después del inicio por parte de la Fiscalía de la Nación de una investigación preliminar en su contra por la presunta comisión de los delitos de omisión de actos funcionales, y/o alternativamente abandono de cargo.
Estos hechos están referidos a la omisión de comunicar el impedimento temporal para el ejercicio del cargo de presidenta de la República al Consejo de Ministros y al Congreso de la República, del 29 de junio al 9 de julio de 2023, por una intervención quirúrgica a la que se sometió.

La situación de la presidente Boluarte podría agravarse luego de conocerse gastos público en artículos de aseo personal adquiridos durante el posible plazo de su recuperación postoperatoria tras someterse a una rinoplastia. Según un informe de Cuarto Poder, las compras realizadas por el Despacho Presidencial incluyen toallas húmedas, paños faciales de aloe y alcohol en gel.
El informe revela el uso de recursos con el RUC del Despacho Presidencial durante el posible tiempo de recuperación de Boluarte, por el concepto “Compra de artículos de aseo personal de la señora presidenta de la República”. El 6 de julio de 2023, la caja chica del Despacho registró la compra de 4 paquetes de toallitas húmedas y 10 paquetes de paños faciales de aloe, en transacciones separadas realizadas con apenas minutos de diferencia. Al día siguiente, 7 de julio, se adquirieron 15 botellas de alcohol en gel en una farmacia local, sumando así un gasto total de cerca de 300 soles.

Documentos con firmas dudosas
El pasado viernes un informe revelo además que entre el 28 de junio y el 10 de julio de 2023, mientras la presidenta Dina Boluarte se habría encontrado ausente debido a la cirugía, se emitieron dos decretos supremos y una resolución suprema que llevan su firma. No obstante, las evidentes diferencias entre las firmas han despertado cuestionamientos sobre su autenticidad.
Varias voces, incluida la exministra de Justicia Delia Muñoz, han señalado irregularidades en las firmas de Boluarte en dichos documentos. Muñoz ha sugerido la necesidad de realizar una pericia grafotécnica que determine la autenticidad de los registros, dado que las diferencias en la grafía son, según su criterio, “evidentes”.