Presos extranjeros: MINJUS descarta posibilidad propuesta por Trump
Presos extranjeros. El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Enrique Alcántara, descartó la posibilidad de que extraditados o procesados extranjeros sean aceptados en las cárceles peruanas para cumplir sus condenas. Esta precisión la hizo en medio de una solicitud que Estados Unidos realizó a diversos países para enviar inmigrantes detenidos a otros países.
“Es contraproducente que nosotros pretendamos recibir extraditados o delincuentes de cualquier otra nacionalidad en nuestro país. Esa posibilidad no existe debido a que no se ajusta a la normativa vigente”, afirmó en declaraciones a la prensa.
El ministro explicó que los actuales convenios de extradición en Perú permiten recibir personas nacionales o extranjeras que tengan que venir a responder ante la justicia peruana, esto con la finalidad de que sean juzgados o a cumplir una sentencia impuesta por el Poder Judicial.
«Si un interno peruano desea cumplir su pena –que le impusieron en otro país– acá en Perú, la ley lo permite. Si un interno extranjero, que comete delito acá en Perú, desea cumplir su pena en su país de origen, la ley también se lo permite”, precisó.

Lo que escribe The New York
Según un artículo publicado en The New York firmado por Edward Wong, Zolan Kanno-Youngs, Hamed Aleaziz y Minho Kim, esta primavera, diplomáticos estadounidenses de varias misiones en el extranjero recibieron un cable urgente de Washington. El documento les decía que pidieran a nueve países de África y Asia Central que acogieran a personas expulsadas de Estados Unidos que no fueran ciudadanos de esas naciones, incluyendo a delincuentes.
“Era una muestra de la amplia campaña del presidente Donald Trump para lograr que los países acepten a los deportados de Estados Unidos. Los diplomáticos estadounidenses están buscando el apoyo de países de todos los rincones del planeta, incluyendo algunos afectados por la guerra o conocidos por cometer abusos contra los derechos humanos”, señala el artpiculo.

Funcionarios estadounidenses han contactado a los gobiernos de Angola, Mongolia yUcrania. Kosovo aceptó recibir hasta 50 personas. Costa Rica retiene a decenas.
El gobierno estadounidense pagó 100.000 dólares a Ruanda para que recibiera a un iraquí, y está analizando la posibilidad de enviar más deportados a ese país. Hasta el momento, Perú ha dicho que no, a pesar de que se le ha presionado en repetidas oportunidades.
“Estados Unidos está ansioso por asociarse con países que estén dispuestos a aceptar” personas, decía la comunicación, fechada el 12 de marzo. Entre los posibles destinos mencionaba Túnez, Togo y Turkmenistán.
Y recientemente el gobierno estadounidense planeaba transportar en avión a ciudadanos de países principalmente asiáticos y latinoamericanos a Libia y Sudán del Sur, naciones asoladas por la guerra, hasta que un tribunal de distrito bloqueó esas expulsiones. Libia era uno de los nueve países mencionados en el cable oficial, del que no se había informado anteriormente.
La Corte Suprema dictaminó el lunes que el gobierno de Trump tiene derecho a expulsar personas a países que no fueran el suyo, posiblemente allanando el camino para el vuelo de deportación a Sudán del Sur y otras medidas similares en todo el mundo.

“Enciendan los aviones de deportación”, escribió en las redes sociales Tricia McLaughlin, vocera del Departamento de Seguridad Nacional.
Durante años, tanto los gobiernos republicanos como los demócratas han pedido a los países que acepten a algunos de sus propios ciudadanos de vuelta. Trump está haciendo lo mismo, pero también está intentando establecer una red de países que acepten a personas de cualquier lugar del mundo y las pongan en prisiones, campos u otras instalaciones. En algunos casos, los gobiernos extranjeros podrían permitir a las personas solicitar asilo, o intentar devolverlas a sus países de origen.
El gobierno de Trump ha hablado con al menos 29 países de Europa, América Latina, África y Asia, según una revisión realizada por The New York Times de documentos del gobierno estadounidense, que incluyen cables diplomáticos no revelados anteriormente, y entrevistas con funcionarios.
Además, el Departamento de Estado pidió a los diplomáticos en el extranjero que contacten al menos a otros 29 países, la mayoría de ellos en África, para alcanzar un total de al menos 58. Siete han accedido a la petición del gobierno; las demás conversaciones están en curso.
Muchos de los 58 países están sujetos a una nueva prohibición total o parcial de viajar a Estados Unidos impuesta por el gobierno de Trump, o están siendo considerados para ser incluidos en ella. Un cable del Departamento de Estado fechado el 14 de junio daba instrucciones a los diplomáticos para que dijeran a los países en consideración, de los que la mayoría se encuentran en África, que podrían quedar fuera de la lista si aceptaban recibir deportados que no fueran sus ciudadanos.
También se podría pedir a las 36 naciones consideradas que hagan las veces de “tercer país seguro” para aceptar a los migrantes que solicitaran asilo en Estados Unidos.